-Mariana Espósito, por favor, pase al
frente, y enséñenos que es lo que hizo.
Ella pasó al frente, y se acercó a la
profesora.
-¿Hace falta que me trates así, tía?-
le preguntó ella en un susurro.
-Si, Lali. Dale, mostranos que es lo
que hiciste.
Aclaró la voz. – Ésta es una canción que hice, después de la
muerte de mi abuelo.
Realmente lo amé y lo amo muchísimo. Sé que está conmigo
de alguna manera, pero no es lo mismo. Ahí va. Para vos- dijo mirando hacia
arriba, y acomodando sus dedos en la guitarra.
Los primeros acordes empezaron a
sonar.
Hay un lugar
Al que me voy, cuando estoy triste.
Es un lugar
Dentro de mí, que nunca viste.
Me lo inventé para sentir que me quisiste.
Es un lugar al que me voy cuando estoy triste.
Y si te vas, también me voy.
Y si no estás, tampoco estoy.
Y nada importa, nada sirve, nada vale.
Nada queda, sin tu amor.
Un laberinto sin final,
Donde me pierdo.
Y corro y corro sin parar
Y no te encuentro.
Y aunque de vos quiera escapar siempre me
acuerdo.
Que existe en mi algún lugar, donde te tengo.
Y si te vas, también me voy.
Y si no estás, tampoco estoy.
Y nada importa, nada sirve, nada vale.
Nada queda, sin tu amor.
Ya bañada en lágrimas, se alejó
corriendo al patio de la escuela. Llovía, que irónico.
-Lali, por favor, no estés así, me
parte el alma.
-Lo extraño mucho, Euge, muchísimo. No
puedo más, no puedo más.- y lloró aún más en sus brazos. Euge sabía todo de
Lali, es su única amiga.
Más tarde, en su casa, estaba tirada
en la cama haciendo nada. No sabía ni siquiera que es lo que pensaba, hasta que
alguien tocó la puerta.
-Lali, ¿puedo pasar?
-Sí, tía, pasa.
-¿Cómo estás?
-Como puedo.- dijo en un tono triste.
- Yo sé que lo extrañas. Yo también lo
extraño, a montones. Pero no te olvides, que él siempre está.
-Sí, ya lo sé. Solo que, como dije
hoy, no es lo mismo.
-Hermosa la canción de hoy. Sabes que
tenés un 10, ¿no?
Una pequeña risita se escapó de su
boca.
-Gracias, tía. En serio, gracias.- y
la abrazó fuerte.
Cuenta Lali:
Hola, soy Mariana, pero todos me dicen
Lali. Vivo con mi tía desde que mis papás murieron en un accidente. Lo único
que me quedaba era ella y mi abuelo, pero murió hace un mes, y no puedo superarlo.
En realidad creo que ese tipo de cosas no se superan; hay que aprender a vivir
con esos dolores, que son parte de la vida. Es dura la realidad, pero así es.
-Bueno, me tengo que ir. Tengo que
hacer unos trámites.
-Bueno, chau, pero no vuelvas tan
tarde. Sabes que no me gusta que estés en la calle a la noche, sos muy linda, y
hay mucho loquito suelto.
-Bueno, está bien, cualquier cosa te
dejé plata en la mesa. Te amo, cuidate. Chau.
-Tengo 17 años, eh, me voy a cuidar.
Y me quedé sola. Estaba yendo al
living, para prender la tele, pero el timbre comenzó a sonar.
-¡Ya voy!- grité.
-Hola.
-Hola- era mi vecino, que también iba
a mi mismo curso, en la escuela.
-Te quería pedir, si no es mucha
molestia un poquito de azúcar, es que no quiero ir a comprar.
-Sí, ya te doy. Pasa si querés.
-Gracias. Que linda casa.
-Gracias, ya vengo.
Cuando volví, él estaba viendo unas
fotos mías, de cuando era chiquita.
-Acá está el azúcar- dije sacándolo de
las fotografías.
-Gracias, pero no necesito el azúcar.
-¿Eh? ¿Y para que viniste?- le
pregunté sin entender.
- Es que quería hablar con vos, Lali.
Mirá, yo se que estás muy triste por lo de tu abuelo, a mi me pasó lo mismo el
año pasado con mi abuela. Y quería conocerte más. A parte, el súper mercado de
la esquina tiene azúcar- me dijo con una sonrisita.
-Tenés razón. Entonces… ¿Te querés
quedar?- le dije no muy convencida.
- Me encantaría. -me afirmó de nuevo
con esa sonrisa.
- ¿Y qué podemos hacer?
-¿Querés tomar la merienda?
- Dale, pero no tengo nada más que
chocolatada.
-No hay problema, esperame ya vengo.
A los 10 minutos, volvió con una
bolsa.
-Traje facturas, espero que te gusten-
me dijo con timidez.
-Gracias, Pedro- le agradecí con una
gran sonrisa.
-Eh, preferiría que me digas Peter,
Pitt, o algo así… No Pedro, suena tan… Formal.
-Está bien… Peter.
- Mucho mejor.
- Bueno, ¿y de qué querés hablar?
- De vos, de nosotros.
- ¿Eh?- ¿dijo “nosotros”?
-No, o sea, que me hables de vos, y yo
te hablo de mí, de nosotros.
-Ah… Bueno, nada. Vivo con mi tía. Mis
papás murieron hace 7 años, en un accidente de tránsito. Un conductor borracho
los chocó de frente, y murieron en el acto, no se pudo hacer nada. Tenía 10
años, fue muy duro para mí. Crecer sin padres… Pero creo que todo pasa por
algo. No sé por qué en este caso, pero bueno, tendrá su motivo.
- ¿Y qué es lo que te gusta hacer?
-Amo cantar. Compongo canciones, como
la que escuchaste hoy, con los sentimientos del momento. Bailar también me
gusta mucho, muchísimo. Iba a danza, pero dejé por lo de mi abuelo.
-Pero a vos te gusta, o no. A él, no
creo que le guste que dejes algo que amas.
- Si, puede ser…
-Y… ¿novio? O, ¿algo sentimental?
- A penas tengo una amiga, ¿y voy a
tener novio?
-Che, yo también quiero ser tu amigo,
eh.
-Sí, estás en camino…- dije con una pequeña
sonrisa.
- Pero, ¿tuviste novio alguna vez? Si,
sos hermosa.
- ¡Que chamuyero que sos! Y no, no
tuve novio, ni siquiera di mi primer beso. En los boliches, viste que te piden,
pero yo quiero que sea con alguien especial, ¿entendés? No con alguien que no
conozco, y que encima no voy a volver a ver jamás.
-Si, te entiendo. Yo di mi primer beso
a los 13. Ese noviazgo duró 1 mes nada más.
-Pequeña carcajada- Ahora contame de
vos, que te gusta hacer, tu familia, novias, y todo.
-Bueno, también me gusta mucho cantar,
y da la casualidad, que también compongo. Mi pasión es el rugby, juego en el
club desde chiquito. Vivo con mi mamá, mi papá, y tengo una hermana, se llama
Candela, te la tengo que presentar, se van a llevar genial. Y novias, no, no
tengo. Estoy buscando el amor.
- Ah, ¿sí? Que romántico- risita. Ese
chico me hizo olvidar de todo.
Se abre la puerta.
-Ya volví Lali, donde est… Hola.
-Tía, él es Peter, Peter, mi tía.
-Que tal, si sé quién es, Lali, está
en tu clase, es mi alumno, y nuestro vecino.
-Buenas tardes, profe.
-¿Qué buenas tardes, ni buenas tardes?
Son las 21: 30 de la noche!
-Ah, ¿sí? Uhh, ya me tengo que ir.
Chau, Lali, la pasé muy bien, nos vemos en el cole. Chau profe, también nos
vemos en el cole.
-Ay, no me digas profe, decime Emi.
-Bueno, chau Emi, chau La, nos vemos.
-Chau Peter- le dijimos las dos al
unísono. A penas se cerró la puerta, Emi me miró con cara pícara.
-“Chau, Lali, la pasé muy bien”- dijo
imitándolo.- ¿Qué estuvieron haciendo?- De nuevo cara pícara.
-Ay, nada, tía, estuvimos hablando,
conociéndonos. Somos vecinos, y compañeros en la escuela, charlamos, nada del
otro mundo. Compró facturas, hizo la merienda para los dos, y mientras
estuvimos hablando, Nada más que eso.
-¿Compró facturas, y te hizo la
merienda? ¿Vos viste como te mira, Lalita? A kilómetros, se nota que ese chico
está muerto con vos.
- ¿Pero qué decís? Vino, me pidió
azúcar, cuando se lo quise dar me dijo que era mentira, y que quería que nos
conozcamos, y nada, eso.
-¿Y de que hablaron?
- De nuestras familias, de lo que nos
gusta, si teníamos pareja…
-Y…
- No, no tiene novia. Me dijo que está
buscando el amor…
-Ah no, ¡pero vos sos lenta! ¡Eso fue
una indirecta!
-¿Vos decís? No creo… Es re lindo, mira
lo que soy yo...
-Lali, sos hermosa.
-Se, claro. Es como decir que mido 1,
85.
-Ay, Lalita, Lalita. Yo les veo
futuro.
A la mañana siguiente, fui a la
escuela. Peter estaba ahí, sentado. Empezamos a charlar, y quedamos en
encontrarnos a la tarde en mi casa, como
ayer.
-Hola, La.
-Hola Pitt, tanto tiempo- dije
bromeando.
-Traje facturas de nuevo… Te molesta, ¿o
querés otra cosa?
-No te hagas drama, Peter, me encantan
las facturas.
Y así empezamos a charlar, hasta más o
menos las 20:00.
-Lali ya son 20: 15 me debería ir
yendo.
-Bueno, nos vemos mañana, ¿no?
-Sí, pero antes quería mostrarte algo.
Nadie lo sabe, no se lo mostré a nadie.
-¿Qué es?
-Es una canción. ¿Tenés una guitarra?
-¿Una canción? Si, la tengo en mi
pieza, ya la traigo- y salí como un flash. Es hermoso compartir con alguien
algo que te gusta tanto.
-Acá está, dale, que me muero por
escucharla.
Hay muñecas, que guardar
Ya es momento de dejarlas atrás.
Es la vida, y hay que aceptar
Cuando nos dice que debemos cambiar.
Y dejar de jugar, y ponerse a pensar.
Que es tiempo de buscar un amor, y vos que esperas.
Nena ya no hay cuentos de hadas,
Nena no te pierdas nada,
Nena te voy a buscar.
Nena ya no tengas miedo,
Nena no digas no puedo
Nena te invito a soñar.
Ya es muy tarde, para ser
Esa nena que hoy tiene que crecer.
Yo prefiero una mujer
Y todavía eso está por suceder.
No te gusta escuchar
No querés entender.
Que es tiempo de buscar un amor
O no lo sabes.
Nena ya no hay cuentos de hadas,
Nena no te pierdas nada,
Nena te voy a buscar.
Nena ya no tengas miedo,
Nena no digas no puedo
Nena te invito a soñar.
Nena ya no hay cuentos de hadas,
Nena no te pierdas nada,
Nena te voy a buscar.
Nena ya no tengas miedo,
Nena no digas no puedo
Nena te invito… Te invito a soñar.
Empecé a aplaudir.
-Me encantó Peter, en serio. Tendrías
que presentarla en la próxima tarea de composición.
-¿Te parece?
-Si, en serio, es hermosa. Yo también
estoy pensando en hacer una, pero te la voy a cantar cuando esté lista- dije
con una sonrisa.
-Te tomo la palabra, eh. Gracias por
escucharme, en serio.
-De nada, para eso estoy. Ay, estamos
hablando como si nos conociéramos de toda la vida.
Carcajada por parte de él.-Si tenés
razón, me voy, La, chau.- Y me dio un beso muy cerca de la boca-
-Chau, Pitt.- con cara de boba.
2 meses pasaron desde que empezamos a
conocernos…
-Dale La, ya tenés la canción, ¿porqué
no me la cantas?
-La vas a escuchar mañana, ¡no seas
impaciente! Mañana en la clase la vas a escuchar.
-Bueno, está bien.
-Y también vas a tener tu respuesta…
-¿A qué?
-A lo que me dijiste la otra vez…
-¿Enserio?
Flashback:
-Lali, yo te quiero decir algo…
-Si, decime, Pitt, que pasa?
-Me estoy enamorando.
-En serio? – Y sentí dentro mío como algo se
caía, no supe que era, hasta hace un tiempo, que le conté a Euge. -¿Conozco a
la afortunada?
-Sí, mucho.
-Es Euge, ¿no? Si, es buena mina, ahora si la lastimas,
te mato, y…-
-No es Euge… Sos vos, La.
-¿Yo?
-Sí, pero yo quiero saber, ¿qué te pasa a vos
conmigo? No te voy a obligar a sentir algo que no sentís, sea lo que sea, lo
acepto.
-Yo… Yo no sé lo que siento, dame tiempo para
pensar.- y salí corriendo.
Adentro
mío, sentí una felicidad inmensa, pero también una confusión terrible. Iba a
hablar con ella, la que siempre me entiende, la que me escucha, la que me ayuda
y aconseja, Eugenia.
Fin de flashback.
-¿En serio me vas a dar la respuesta?
-Si, en serio. Te voy a decir lo que
siento, no sé si es lo que querés escuchar, pero es así. Bueno, ahora me tengo
que ir, tengo que prepararme.
Con cara de decepción. -Sí, yo
también. Nos vemos mañana, La.
-Chau Pitt, nos vemos mañana- y salí
de allí con una sonrisa en el rostro, obvio que no me vio. Y por supuesto, yo
también estaba enamorada de él, pero tenía que hacer más interesante la cosa…
Es el día. Dios, que nervios.
-Mariana Espósito, al frente.
-Tía, te dije que dejes de decirme
así…
-Sos parte del curso, Mariana, no soy
tu tía, soy tu profesora; ahora anda a cantar.
-Bueno está bien…
-Esta canción se la dedico a alguien
muy especial. Él sabe quién es.
Tomé la guitarra, y apoyé mis dedos en
las cuerdas.
Me pasan cosas,
Que no comprendo.
Estás en todo, lo que yo pienso.
Sueño despierta con tu mirada,
Y si me miras, me siento rara.
Me pasan cosas, cuando te veo.
Estoy distinta, hay algo nuevo,
Me da vergüenza, que lo descubras.
Es tan difícil decir…
Te quiero, nunca lo dije.
Te quiero nunca me lo dijeron.
Te quiero lo digo suave.
Te quiero y nadie lo sabe.
Te quiero mi más que amigo.
Te quiero y todo tiene sentido.
Te quiero como los cuentos,
Mi príncipe azul, te quiero.
Me pasan cosas que no se explican,
Huelo a jazmines,
Río en tu risa.
Parezco tonta, estoy distraída.
Me siento grande,
Y muy chiquita.
Te quiero, nunca lo dije.
Te quiero nunca me lo dijeron.
Te quiero lo digo suave.
Te quiero y nadie lo sabe.
Te quiero mi más que amigo.
Te quiero y todo tiene sentido.
Te quiero como los cuentos,
Mi príncipe azul, te quiero.
Mi príncipe azul, te quiero.
Todos me aplaudieron, pasaron un par
más, y él, cantó “Nena”, como le había dicho que haga. Salimos al recreo.
-¿Todo eso sentís?
-Sí, ¿te parece poco?
-No, yo siento exactamente lo mismo…
-Entonces…
-Te veo hoy en mi casa, después del
cole. Te quiero llevar a un lugar muy especial para mí.
-Bueno, dale, nos vemos ahí, entonces.
Y entramos al aula, con nuestras
mejores sonrisas.
Cuenta el narrador:
-Hola, Pitt.
-Hola, La. Bueno, ¿vamos?
-Sí, pero ¿a dónde?
-Ah, sorpresa.
-No, decime, ¡¡por favor!!
-No seas ansiosa, ¡es una sorpresa!
- Bueno está bien…
-Vamos allá está la parada del
colectivo… Estoy ahorrando para un auto, para no tener que viajar en colectivo
todo el tiempo… Espero que no te moleste…
-Pitt, mientras esté con vos no me
importa nada… Enserio, no te preocupes por esas cosas, no me interesa lo
material, me interesa como sos vos…- dijo con una sonrisa tímida.
La miró con cara enternecida-Tenés
razón, bueno dale que ahí viene.-
El viaje dura bastante, pero ellos no
se dieron cuenta, porque iban charlando, y riéndose todo el tiempo. Realmente
cuando estaban juntos, no importaba lo demás.
Ya fuera del colectivo…
-Ay, Pitt, ¡es hermoso el lugar!
- Si,
pero todavía no viste la mejor parte, toma, tapate los ojos.
-¿A dónde vamos?
-Vendate los ojos, enserio, confiá en
mí, yo te guío.
-Bueno, está bien- poniéndose el
pañuelo en los ojos.
-Dame tu mano, es por acá. Camina un
poquito más, levanta el pie, cuidado, un poquito más, listo, podes destaparte
los ojos.
-Peter, es hermoso- dijo ella casi
muda de la impresión.
Era un lugar con pasto, a orillas de
un lago, y alguien había preparado un pic-nik.
-¿Vos preparaste esto?
-Sí,
vine más temprano, y le pedí a alguien que cuide todo, para que no nos saquen
la comida.-
-Es realmente hermoso, Pitt, es
precioso. Gracias.- dijo ella tímida.
-No hay porqué. La verdad, que
disfruté hacerlo. Vení, comamos.
Ya pasado un rato…
Bueno, no solo te traje para comer, te
quiero decir algo…
-Te escucho.
-Bueno, La, yo… Siempre, desde que te
vi hace 7 años, cuando te mudaste acá, sentí curiosidad por vos… No sé cómo
explicarlo… Me atrajiste desde el primer momento que te vi. Y cuando viniste a
mi escuela, sentí más curiosidad, y nunca te diste cuenta, pero siempre te
miraba, no sabía cómo hablarte, me daba miedo que me rechazaras. Pero ese día,
que cantaste, y saliste llorando, no sé, sentí ganas de protegerte, abrazarte,
de decirte que todo va a estar bien. Entonces me animé, con el pretexto del
azúcar a hablarte.- carcajada por parte de los dos- Y tenías que sentir lo que
yo sentía. Estaba extremadamente nervioso, te acercabas, y parecía que mi
corazón se iba a salir del pecho. Eso pasa, todavía. Cuando estoy con vos me
siento la persona más feliz, y llena del mundo. Siento cosas por vos, que, no
puedo explicar con facilidad. Enserio Lali, estoy enamorado de vos, y… Bueno,
yo recibí la respuesta que quería escuchar… Entonces, ahora, te pregunto: Lali,
¿vos querés ser mi novia?
-Bueno, yo te tenía de vista nada más.
O sea, sabía quién eras, pero hasta ahí. Y cuando viniste a mi casa, sabía que
iba a empezar a sentir cosas por vos, porque
sos una persona increíble, Peter. Pero yo pensaba que a vos no te iba a
pasar nada conmigo, y acá estamos. Peter, yo también siento lo que vos sentís.
Me encanta que estés conmigo, que me cuides, que me escuches… Me hacés feliz,
Pitt, muy feliz.
Gracias por todo, enserio. Y si, obvio que quiero ser tu
novia.
Se miraron con cara de enamorados,
perdiéndose en los ojos del otro, para encontrarse en un hermoso, y tierno
beso.